¿Nuevo horario en España?
Redacción Protección Laboral18/01/2017
¿Y si cada día tuviéramos una hora más de sol y, además, termináramos antes de trabajar? Durante el último año se ha hablado mucho del famoso cambio de huso horario. El motivo es éste: por zona geográfica a España le tocaría el mismo horario que a las islas británicas y Portugal. Pero, para asemejarnos al de nuestros vecinos franceses y alemanes, durante el franquismo se decretó el actual huso horario.
En el mismo período, y coincidiendo con una época en la que el pluriempleo estaba más en boga, también se instauró la clásica jornada partida española. Así, se facilitaba tener tiempo para comer entre las dos jornadas. Este último sistema también está en proceso de revisión por parte del gobierno español. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, propuso el mes pasado un pacto político para que la jornada laboral acabe a las 6 de la tarde, en el que también se incluye la posibilidad de cambiar de huso horario y adoptar el que nos tocaría por meridiano.
Suponiendo que terminar a las 6 signifique tener sólo una hora para la comida o menos (Báñez no lo detalló suficientemente), ganaríamos una hora más de día post jornada laboral. Ya que los que trabajan en jornada partida emplean gran parte de su descanso en desplazarse. Si le sumamos el cambiar de huso horario, también ganaríamos en horas de sol por la tarde. Una cosa con la otra nos daría más “día libre”, al salir del trabajo.
Irónicamente, el dejar de compartir nuestro horario con otros países europeos, nos acercaría más a ellos en cuanto a estilo de vida. Más acorde con la actividad solar, en la mayoría de nuestros países vecinos la gente termina su jornada a las 18:00. Mientras que en España la hora media de finalización es a las 21:00.
La flexibilidad y el nuevo horario no sólo permitirían más conciliación, sino que también hay quienes afirman que ambas medidas contribuirían a agilizar los biorritmos. Y esto, a su vez, a fomentar hábitos de vida más saludables: se desayunaría, comería y cenaría antes, dándonos menos tiempo para picar entre horas. Así se podrían evitar problemas de sobrepeso.
Eso sí. No todo el mundo ve tantas ventajas en estos cambios de horario. Algunos colectivos de comerciantes, por ejemplo, ven difícil abrir y cerrar más temprano si las grandes superficies no se suman a la propuesta. De hecho, Pròsper Puig, de la Fundación Barcelona Comerç tachó el nuevo horario de “irrealizable” y remarcó que cada vez hay más comercios que cierran a las 10 de la noche. Pero también existen asociaciones de comerciantes que sí apuestan por cerrar a horas como las 19:00. En Lleida, más de un centenar de tiendas se sumaron a la iniciativa que invitaba a bajar las persianas a esa hora, el pasado noviembre. Y franquicias como Zara y Oysho (ambas de Inditex) también participaron.
Pese a que la reforma horaria está pensada para conciliar, en Catalunya la propuesta ha sido hacer que las escuelas terminen antes reduciendo el rato de la comida del mediodía en las escuelas públicas. Cosa que no ha sentado muy bien a las asociaciones de padres que se preguntan qué harán sus hijos durante esas tardes. Una vez más, los padres que terminaran a las 18:00 se verían obligados a contar con los abuelos, tener que contratar canguros o más actividades extraescolares.
Éste, podría decirse, es un resumen de las propuestas que se han planteado recientemente. Aunque, por supuesto, siguen siendo especulaciones y aún está por ver si se cambia el horario finalmente. Tampoco se ha detallado mucho sobre cómo se haría, más allá de que las administraciones públicas sean las primeras en adoptar un nuevo horario, para dar ejemplo. Aun así, todo esto es algo que aún se tendría que negociar con los sindicatos y patronales.
Por nuestra parte, nos parece lógico el cambio de horario, teniendo en cuenta que son mucho más conciliadoras las jornadas intensivas y/o flexibles características del resto de Europa. Aunque sobre todo esperamos que la decisión que se tome, pero sobre todo el cómo se realice la transición, sea para bien de la mayoría de los trabajadores.
En el mismo período, y coincidiendo con una época en la que el pluriempleo estaba más en boga, también se instauró la clásica jornada partida española. Así, se facilitaba tener tiempo para comer entre las dos jornadas. Este último sistema también está en proceso de revisión por parte del gobierno español. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, propuso el mes pasado un pacto político para que la jornada laboral acabe a las 6 de la tarde, en el que también se incluye la posibilidad de cambiar de huso horario y adoptar el que nos tocaría por meridiano.
Suponiendo que terminar a las 6 signifique tener sólo una hora para la comida o menos (Báñez no lo detalló suficientemente), ganaríamos una hora más de día post jornada laboral. Ya que los que trabajan en jornada partida emplean gran parte de su descanso en desplazarse. Si le sumamos el cambiar de huso horario, también ganaríamos en horas de sol por la tarde. Una cosa con la otra nos daría más “día libre”, al salir del trabajo.
Irónicamente, el dejar de compartir nuestro horario con otros países europeos, nos acercaría más a ellos en cuanto a estilo de vida. Más acorde con la actividad solar, en la mayoría de nuestros países vecinos la gente termina su jornada a las 18:00. Mientras que en España la hora media de finalización es a las 21:00.
La flexibilidad y el nuevo horario no sólo permitirían más conciliación, sino que también hay quienes afirman que ambas medidas contribuirían a agilizar los biorritmos. Y esto, a su vez, a fomentar hábitos de vida más saludables: se desayunaría, comería y cenaría antes, dándonos menos tiempo para picar entre horas. Así se podrían evitar problemas de sobrepeso.
La reforma en otros sectores
Eso sí. No todo el mundo ve tantas ventajas en estos cambios de horario. Algunos colectivos de comerciantes, por ejemplo, ven difícil abrir y cerrar más temprano si las grandes superficies no se suman a la propuesta. De hecho, Pròsper Puig, de la Fundación Barcelona Comerç tachó el nuevo horario de “irrealizable” y remarcó que cada vez hay más comercios que cierran a las 10 de la noche. Pero también existen asociaciones de comerciantes que sí apuestan por cerrar a horas como las 19:00. En Lleida, más de un centenar de tiendas se sumaron a la iniciativa que invitaba a bajar las persianas a esa hora, el pasado noviembre. Y franquicias como Zara y Oysho (ambas de Inditex) también participaron.
Pese a que la reforma horaria está pensada para conciliar, en Catalunya la propuesta ha sido hacer que las escuelas terminen antes reduciendo el rato de la comida del mediodía en las escuelas públicas. Cosa que no ha sentado muy bien a las asociaciones de padres que se preguntan qué harán sus hijos durante esas tardes. Una vez más, los padres que terminaran a las 18:00 se verían obligados a contar con los abuelos, tener que contratar canguros o más actividades extraescolares.
Éste, podría decirse, es un resumen de las propuestas que se han planteado recientemente. Aunque, por supuesto, siguen siendo especulaciones y aún está por ver si se cambia el horario finalmente. Tampoco se ha detallado mucho sobre cómo se haría, más allá de que las administraciones públicas sean las primeras en adoptar un nuevo horario, para dar ejemplo. Aun así, todo esto es algo que aún se tendría que negociar con los sindicatos y patronales.
Por nuestra parte, nos parece lógico el cambio de horario, teniendo en cuenta que son mucho más conciliadoras las jornadas intensivas y/o flexibles características del resto de Europa. Aunque sobre todo esperamos que la decisión que se tome, pero sobre todo el cómo se realice la transición, sea para bien de la mayoría de los trabajadores.
