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Los riesgos laborales en el sector del juego

Redacción Protección Laboral19/06/2017
Es primordial “cambiar la impresión generalizada de que los factores de riesgo y, por tanto, la incidencia de enfermedades profesionales y accidentes laborales son menores en el Sector de Juego en comparación con otros sectores”. Ésta es una de las afirmaciones que aparecen en el prólogo del cuadernillo “Prevención de Riesgos Laborales. Sector Juego”, editado por UGT Madrid.

Existe la impresión generalizada de que el trabajo en el sector del juego (bingos y casinos) difiere de otros en cuanto a los factores de riesgo o la incidencia de las enfermedades profesionales (E. P.) y accidentes laborales. Esa apreciación equivocada ha propiciado la frecuente falta de medidas de prevención de riesgos laborales así como una preocupante falta de actuación por parte de las administraciones públicas y, por supuesto, de las empresas, que han querido imaginar, de manera interesada, unas situaciones poco menos que idílicas, sin más problemática que la derivada de las enfermedades comunes.
La clasificación profesional del subsector Casinos contempla los siguientes puestos de trabajo segmentados por grupos: Grupo I: Personal de Juego. Grupo II: Personal de Caja. Grupo III: Personal de Recepción. Grupo IV: Personal de Sala de Máquinas. Grupo V: Personal de Servicios Auxiliares de Sala. Grupo VI: Personal de Servicios Varios. Grupo I: Personal de Juego.

Amplio abanico de riesgos
Entre los rasgos específicos del sector del juego está su baja tasa de siniestralidad (aunque no es siniestralidad cero), a lo que hay que añadir la estabilidad en el empleo (más del 70% por ciento de los trabajadores son fijos, según un informe de UGT Madrid). Sin embargo, la baja siniestralidad no se debe a la ausencia de riesgo. Precisamente, el documento de UGT recuerda que, en el sector del juego, “existen varios riesgos importantes (humo de tabaco, toxicidad de las monedas y billetes, iluminación, estrés, etc.), cuyo tratamiento no está siendo el más adecuado para conseguir su minimización o eliminación definitiva. Y que tienen capacidad de provocar daños a la salud de los trabajadores/as y, por tanto, de producir bajas laborales que afectarían a la productividad del sector y a la calidad de vida de sus trabajadores”.
Se reconoce como una debilidad actual la falta total de formación e información sobre Prevención de Riesgos Laborales entre los trabajadores del sector. Asimismo, una de las principales amenazas es la falta de libertad (o pocas posibilidades) para organizar el trabajo, no pudiendo decidir ni su ritmo (con márgenes muy estrictos y ajustados) ni sus descansos. Se estima que la reducción de la jornada laboral produciría una disminución importante de las bajas laborales, debidas fundamentalmente a la fatiga física y la carga mental que padecen los trabajadores del sector. Otros riesgos generalizados son el ruido, iluminación, temperatura, ventilación y climatización, trastornos musculo-esqueléticos, fatiga mental, turnicidad (cambio de turnos de trabajo) y trabajo nocturno, estrés por sobrecarga / trabajo monótono y repetitivo, acoso laboral / sexual. Destacamos algunos.

Estresores en juego
Los trabajadores de bingos y casinos tienen todas las cartas para que les toque lidiar con el estrés. Éste aparecerá, dependiendo de factores individuales, cuando la persona perciba que las demandas del entorno superan a sus capacidades para afrontarlas, y valore la situación como una amenaza. Entre los factores de estrés del colectivo encontramos:
·Estresores del ambiente físico
-Iluminación. Es común en casi todos los bingos y casinos la iluminación inadecuada, focos iluminando directamente a la cara y deslumbrando, con excesiva potencia, zonas de las mesas de juego en sombra, etc.
-Ruido. Las máquinas tragaperras producen un efecto negativo en la concentración de los crupieres y el aumento de errores en su trabajo.
-Temperatura. Es frecuente el uso inadecuado del aire acondicionado y la calefacción, los cambios bruscos de temperatura y la salida de chorros de aire enfocados directamente a las zonas donde están situados los crupieres, los jefes de mesa y los cajeros, errores de diseño comunes.
·Estresores de la tarea
-Sobrecarga laboral. Tiene un impacto directo en hábitos nocivos (alcohol, tabaco), incremento de la ansiedad, baja autoestima, fatiga, frecuencia cardiaca elevada y falta de satisfacción laboral.
·Estresores de la organización
-Conflicto/ambigüedad de rol. Falta de definición en las áreas de trabajo, objetivos y responsabilidades.
-Relaciones interpersonales. Convivencia estrecha con otros trabajadores, jefes, subalternos, etc.; reparto de propinas diferente por categorías.
-Promoción y desarrollo. Es un gran estresor si se ven truncadas las expectativas personales.
Ganarle la partida a estos estresores pasa por dejar de considerar al juego como un sector seguro.

Turnicidad
El ser humano es diurno: estamos ‘programados’ para trabajar de día y descansar de noche. Nuestro reloj biológico controla la fisiología y la bioquímica del organismo sobre un patrón cíclico de 24 horas (ciclo circadiano). El cambio de turno de trabajo y, especialmente, el trabajo en el turno de noche provocan una inversión del ciclo natural actividad-descanso, obligando a los trabajadores por turnos a ajustar sus funciones al periodo de actividad nocturna, algo contrario a nuestra propia naturaleza. Los efectos adversos del trabajo por turnos se incrementan con la edad, siendo el grupo crítico de edad (en promedio) el comprendido entre los 40 y los 50 años. El envejecimiento hace cada vez más difícil dormir durante el día.
·Alteración del sueño
La mayoría de los problemas de salud de las personas que trabajan por turnos tienen relación con la calidad del sueño. Nuestra predisposición a la actividad diurna hace que, al finalizar un turno de noche, el cuerpo no se encuentre, por lo general, predispuesto para el sueño. Esta falta de adaptación degenera, con el tiempo, en fatiga crónica, que puede provocar graves problemas de salud. El deterioro suele manifestarse, en primer lugar, por la alteración de los hábitos alimentarios y, más a largo plazo, con alteraciones más graves, que pueden ser gastro-intestinales, neuro-psíquicas y cardio-vasculares. Además, el trabajo por turnos puede interferir en la vida familiar y las relaciones sociales.

Prevención de la fatiga y los TME
La fatiga es uno de los riesgos que afrontan más frecuentemente los trabajadores del sector del Juego, pudiendo convertirse en el desencadenante de otros riesgos, accidentes de trabajo y/o enfermedades profesionales.
La fatiga puede describirse como: “un estado característico de sensación de cansancio combinado con una reducción o variación no deseada en el rendimiento de la actividad”. Así, se considera que es un estado de agotamiento tanto físico como psicológico. Por sus efectos acumulativos acaba convirtiéndose en una enfermedad crónica. “Tiene un carácter circadiano, surgiendo con mayor intensidad en los horarios de desactivación del organismo porque necesita efectuar más esfuerzo, de ahí que el trabajo nocturno y/o a
turnos provoquen mayor fatiga”, señala el texto de UGT Madrid.
El cansancio que suele padecer el personal de casinos y bingos es un aviso, una señal de alarma de que se está excediendo la capacidad individual, y que se impone el descanso. Normalmente, el inicio de la fatiga es recuperable con descanso, pero si no se descansa, la fatiga terminará avanzando hacia la llamada fatiga crónica.
La prevención pasa por revisar la organización del trabajo, los tiempos, los contenidos, las tareas, etc., adecuándolos a las características del trabajo y las condiciones particulares de la persona. En definitiva se trata de arbitrar las medidas ergonómicas pertinentes para adaptar el puesto a la persona.
·Trastornos Músculo-Esqueléticos (TME)
UGT nos recuerda que “los TME se han incrementado de manera exponencial en las últimas décadas, afectando a trabajadores/as de todos los sectores y ocupaciones con independencia de la edad y el género. Constituyen el problema de salud de origen laboral más frecuente en el sector y una de las primeras causas de absentismo”.
Los trastornos musculo-esqueléticos se definen como el grupo de diferentes procesos provocados por la lesión de alguna de las partes que forman el aparato locomotor, principalmente de las partes blandas: músculos, tendones, nervios y algunas estructuras próximas a las articulaciones. Son un conjunto de lesiones inflamatorias o degenerativas de músculos, tendones, articulaciones, ligamentos, nervios, etc. Sus localizaciones más frecuentes se observan en cuello, espalda, hombros, codos, muñecas y manos.
Los diagnósticos más comunes en el sector del Juego son las tendinitis, tenosinovitis, síndrome del túnel carpiano, mialgias, cervicalgias, lumbalgias, etc. El síntoma predominante es el dolor asociado a inflamación, pérdida de fuerza y disminución o incapacidad funcional de la zona anatómica afectada.
Abundando sobre los factores de riesgo de los TME, UGT advierte que “la probabilidad de desarrollar un TME está relacionada con la falta de equilibrio entre las exigencias mecánicas que imponen el trabajo y la capacidad funcional propia de cada individuo. Los factores de riesgo que influyen en la aparición de los TME son, en términos generales, la manipulación manual de cargas, realización demovimientos repetitivos, esfuerzos excesivos, uso de herramientas vibrátiles, adopción de posturas forzadas o estáticas, apremio de tiempo y otros factores indirectos.
·Normas de prevención
-Diseño ergonómico. Inspirado en el principio básico de adaptar o ajustar el trabajo a la persona con el fin de conseguir que el puesto y el trabajo resulten cada vez más cómodos y seguros.
-Identificar los riesgos músculo-esqueléticos que existen en el puesto de trabajo.
-Tener en cuenta la información aportada por los trabajadores, el médico del trabajo y la empresa.
-Efectuar un análisis de las características del puesto y de la actividad con vistas a una optimización y mejor prevención de los riesgos que estén asociados a dicho puesto.
-Diferenciar cada una de las tareas que engloba el trabajo para identificar y valorar los riesgos.
-Informar y formar. Como derecho básico, recogido en la LPRL, el trabajador debe conocer los síntomas iniciales de cualquier dolencia de origen laboral; en este caso, los procesos musculo-esqueléticos y contar con formación suficiente para valorarlos, en caso de que los sufra. Al respecto, UGT puntualiza que “el trabajador debe tener formación sobre conocimientos básicos de anatomía, gestos y posturas correctas a adoptar en el puesto de trabajo y al realizar la tarea, el correcto empleo de útiles y herramientas y mantenimiento adecuado y, en el caso de modificación de procesos o retorno al trabajo después de una larga ausencia, debe tener un aprendizaje progresivo.
-Organización del trabajo. La misma se orientará a disminuir el tiempo que dedica cada trabajador a las tareas identificadas como especialmente peligrosas o causantes de daño.
-Alternar las tareas.
-Aumentar el número de pausas o micro-pausas para facilitar recuperación del trabajador de la fatiga.
-Adaptar los ritmos a las capacidades funcionales de los trabajadores.
-Actuaciones sobre el puesto. Es fundamental mejorar las herramientas y los equipos de trabajo, mediante el diseño ergonómico.
-Lo anterior se complementará con el diseño ergonómico del mobiliario.
-Distribución de los objetos en lo relacionado con la distancia a la que están colocados en el lugar donde el trabajador desarrolla su actividad.
-Efectuar ejercicios que permitan movilizar las articulaciones y estirar de forma controlada los músculos sobrecargados en caso de mantenimiento de posturas estáticas.
-Vigilancia de la salud. Se desarrollará a partir de la aplicación de los protocolos de vigilancia sanitaria específica de los trabajadores: manipulación manual de cargas, movimientos repetitivos, posturas forzadas, etc.


Uno de los objetivos básicos de la prevención en el sector del Juego es conseguir una organización del trabajo que impida o disminuya la fatiga

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