La playa me estresa
Paula Llull01/08/2014
En pocos días llegan las vacaciones para muchos de nosotros. Y hace ya varios días que siento ese runrún en mi cabeza. ¿Tendré tiempo de dejarlo todo preparado? ¿Podré realmente olvidarme durante tres semanas de que el mundo existe?
Estas y muchas más preguntas rondan por nuestras mentes, produciéndonos eso que algunos expertos llaman estrés pre-vacacional. Esta reacción se debe, de alguna forma, al exceso de ganas de tomarse por fin tan esperadas vacaciones y a la vez dejarlo todo acabado. Sensaciones contradictorias que hacen que estemos más alterados de lo normal.
Según algunos estudios, el 65% de los españoles reconoce sufrir estrés los días antes de coger las vacaciones de verano, y a su vez admiten no rendir lo mismo en el trabajo ni mantener un buen descanso a la hora de dormir. Para prevenir este fenómeno existen algunos consejillos, tanto a nivel personal como profesional.
Estrés prevacacional. Imagen de empresasaludable.wordpress.com
¿Cómo puedes relajarte? Levantarte un poco antes de lo normal y hacer algo de ejercicio, o leer el periódico, son actividades que despejan la mente y que hacen que empieces el día con buen pié. Si saltas de la cama a la oficina, tu estado de ánimo suele ser peor, y el estrés aumenta.
Una vez en el trabajo, intenta sentarte cerca de la ventana. Esa sensación de libertad que te da ver la calle influye en el nivel de relajación. Piensa en positivo y cuando acabes la jornada, vete a pasear o a hacer alguna actividad que te guste. Los días pasarán mejor, y más rápido.
Para optimizar el trabajo pendiente y dejarlo todo preparado es importante seleccionar las tareas pendientes, estableciendo prioridades y separando aquellas que realmente no pueden quedarse a medias. El resto, se pueden delegar a quien sí esté trabajando en nuestra ausencia y dejarlo por escrito.
Que les quede claro, a los demás y sobre todo a ti, que nada de llamadas durante tus vacaciones: “No sé donde está tal carpeta” o “como se llamaba ese cliente” son las típicas preguntas que se contestan en un segundo, pero que ya te arruinan cualquier momento de descanso. Antes de irte déjalo todo claro para que esto no suceda.
También hay que ser responsable, y no dejarse llevar por la euforia: El verano y las muchas horas de sol invitan a no sacarle provecho a tu jornada laboral. Sigue siendo responsable mientras aún estés currando.
Y para los cinco minutos antes de apagar el ordenador, acuérdate de dejar la mesa ordenada. ¡Cuando vuelvas lo agradecerás!
Estas y muchas más preguntas rondan por nuestras mentes, produciéndonos eso que algunos expertos llaman estrés pre-vacacional. Esta reacción se debe, de alguna forma, al exceso de ganas de tomarse por fin tan esperadas vacaciones y a la vez dejarlo todo acabado. Sensaciones contradictorias que hacen que estemos más alterados de lo normal.
Según algunos estudios, el 65% de los españoles reconoce sufrir estrés los días antes de coger las vacaciones de verano, y a su vez admiten no rendir lo mismo en el trabajo ni mantener un buen descanso a la hora de dormir. Para prevenir este fenómeno existen algunos consejillos, tanto a nivel personal como profesional.
Estrés prevacacional. Imagen de empresasaludable.wordpress.com
¿Cómo puedes relajarte? Levantarte un poco antes de lo normal y hacer algo de ejercicio, o leer el periódico, son actividades que despejan la mente y que hacen que empieces el día con buen pié. Si saltas de la cama a la oficina, tu estado de ánimo suele ser peor, y el estrés aumenta.
Una vez en el trabajo, intenta sentarte cerca de la ventana. Esa sensación de libertad que te da ver la calle influye en el nivel de relajación. Piensa en positivo y cuando acabes la jornada, vete a pasear o a hacer alguna actividad que te guste. Los días pasarán mejor, y más rápido.
¿Y cómo dejarlo todo listo antes de irte?
Para optimizar el trabajo pendiente y dejarlo todo preparado es importante seleccionar las tareas pendientes, estableciendo prioridades y separando aquellas que realmente no pueden quedarse a medias. El resto, se pueden delegar a quien sí esté trabajando en nuestra ausencia y dejarlo por escrito.
Que les quede claro, a los demás y sobre todo a ti, que nada de llamadas durante tus vacaciones: “No sé donde está tal carpeta” o “como se llamaba ese cliente” son las típicas preguntas que se contestan en un segundo, pero que ya te arruinan cualquier momento de descanso. Antes de irte déjalo todo claro para que esto no suceda.
También hay que ser responsable, y no dejarse llevar por la euforia: El verano y las muchas horas de sol invitan a no sacarle provecho a tu jornada laboral. Sigue siendo responsable mientras aún estés currando.
Y para los cinco minutos antes de apagar el ordenador, acuérdate de dejar la mesa ordenada. ¡Cuando vuelvas lo agradecerás!
