La belleza también es un riesgo
Redacción Protección Laboral02/06/2016
Cuando hablamos de profesiones con riesgos es probable que la primera imagen mental que tengamos no se parezca en nada a la de una clínica de estética. Sin embargo, trabajar en dicho establecimiento sí comporta una serie de riesgos de diversos tipos debido al contacto físico con los clientes (riesgos biológicos y psicosociales) y al tipo de herramientas de trabajo que se acostumbran a utilizar (muchos de ellos punzantes y de carga eléctrica). Un ejemplo que nos llama la atención, al tratarse de una profesión relativamente nueva, es el de la depilación láser o el de la fotodepilación. Se utilizan distintos tipos de láser en las intervenciones sanitarias y de belleza. En el caso de la depilación, se trata de un láser llamado “YAG de onda continua”, que emite de forma continua radiación en la banda infraroja (1604 nanómetros) y que se utiliza en tratamientos como el rejuvenecimiento cutáneo, eliminación de tatuajes o cicatrices y en la propia depilación. La fotodepilación, por el contrario, no está basada en láser sino en la Luz Pulsada (IPL) que es emitida en ondas a intervalos de tiempo determinados y que, a diferencia del láser, es policromática, mixta y polidireccional (se desplaza en múltiples direcciones).
En sus inicios, ya hubo cierta precaución (aunque durara poco) en someter nuestra piel a una radiación de concentrada intensidad, aunque enseguida se mostrara que a corto plazo y con medidas preventivas no tenía por qué afectar a la salud de los pacientes.
Pero, al ser una técnica muy nueva, es más difícil de prever el efecto a largo plazo para los técnicos de depilación láser. Para el cliente, aunque no muy graves, la depilación definitiva puede comportar efectos secundarios como enrojecimientos, pequeñas inflamaciones o sensación de dolor durante el tratamiento. Si eso puede pasar con los pacientes, deberíamos considerar qué riesgos puede comportar para una persona que trabaje expuesta cada día a una máquina láser.
Los órganos sensibles al efecto del láser son los ojos y la piel en función de la longitud de onda del láser y del tiempo al que estén expuestos a éste. Los principales riesgos son la lesión térmica o fotoquímica de retina, quemadura de la córnea, deterioro de la función visual temporal o crónica y/o fotoqueratitis. En cuanto a daños causados a la piel, la sobre exposición al láser la puede quemar en mayor o menor grado.
La exposición al láser puede ocurrir de manera directa o por reflexión en alguna superficie con este efecto, con lo que se deberá vigilar no tener superficies reflectivas (espejos, superficies de cristal o metal que reflejen la luz) en el espacio de trabajo. Se recomienda el uso de instrumentos de carbono, o no reflectivos. Además, cuando se esté trabajando con una máquina de depilación láser se deberá marcar el espacio de exposición como zona peligrosa para quienes no lleven el equipamiento adecuado. Asimismo, es obligatorio que dichas máquinas estén marcadas con CE. Toda persona que trabaje con una máquina de depilación definitiva (ya sea láser o fotodepilación) deberá haber pasado por un curso de formación concreto además de consultar todas las medidas de precaución que vienen especificadas en la máquina. Las revisiones periódicas de la máquina también serán necesarias, siguiendo siempre las instrucciones del fabricante.
En cuanto a EPI´s, la protección ocular (gafas de protección láser) también será necesaria, además de bata y pantalones holgados, calzado ergonómico, guantes de protección e incluso, en algunas publicaciones se recomienda mascarilla.
La ergonomía y las condiciones ambientales también son un factor muy importante para todas las personas que trabajen en una clínica de estética. Se requerirá una silla de altura regulable para que el trabajador tenga la suficiente movilidad, así como una iluminación adecuada. La temperatura ambiente deberá estar entre los 17 y 24 grados. En cuanto a posturas, se deberá evitar trabajar con el cuello girado o inclinado y mantener la espalda recta. Por supuesto, no se podrá trabajar más de 8 horas al día en esta posición ni aguantarla más de una hora seguida. En caso contrario podríamos sufrir trastornos músculo – esqueléticos, sobrecarga en el cuello o fatiga visual.
Para evitar riesgos biológicos como contagios de enfermedades cutáneas como hongos o herpes, se deberán desinfectar todos los objetos que hayan estado en contacto con el cliente. En la medida de lo posible (y siempre que sean objetos punzantes), emplearemos instrumental de un solo uso.
Tampoco olvidemos que estaremos utilizando muchas horas una máquina eléctrica, con lo que deberemos revisar y mantener la instalación eléctrica del centro de trabajo para evitar cortocircuitos.
De la misma forma que la depilación definitiva, el trabajo en los centros de belleza (pedicuras, manicuras, limpiezas de cutis, micropigmentación…) acostumbra a entrañar más riesgos de los que podemos pensar en un primer momento. Para más ejemplos de éstos y, en concreto de los riesgos de trabajar con láser y con IPL (luz pulsada intensa utilizada en fotodepilación), podéis encontrar más información en los siguientes enlaces.
Radiaciones no ionizantes en el ámbito sanitario: Uso del láser
Espacio de Esther: EL TRABAJO DE PELUQUERÍA Y ESTÉTICA TAMBIÉN TIENE SUS RIESGOS
INSHT: Láseres: riesgos en su utilización
La verdad sobre IPL
En sus inicios, ya hubo cierta precaución (aunque durara poco) en someter nuestra piel a una radiación de concentrada intensidad, aunque enseguida se mostrara que a corto plazo y con medidas preventivas no tenía por qué afectar a la salud de los pacientes.
Pero, al ser una técnica muy nueva, es más difícil de prever el efecto a largo plazo para los técnicos de depilación láser. Para el cliente, aunque no muy graves, la depilación definitiva puede comportar efectos secundarios como enrojecimientos, pequeñas inflamaciones o sensación de dolor durante el tratamiento. Si eso puede pasar con los pacientes, deberíamos considerar qué riesgos puede comportar para una persona que trabaje expuesta cada día a una máquina láser.
Los órganos sensibles al efecto del láser son los ojos y la piel en función de la longitud de onda del láser y del tiempo al que estén expuestos a éste. Los principales riesgos son la lesión térmica o fotoquímica de retina, quemadura de la córnea, deterioro de la función visual temporal o crónica y/o fotoqueratitis. En cuanto a daños causados a la piel, la sobre exposición al láser la puede quemar en mayor o menor grado.
Medidas de Prevención
La exposición al láser puede ocurrir de manera directa o por reflexión en alguna superficie con este efecto, con lo que se deberá vigilar no tener superficies reflectivas (espejos, superficies de cristal o metal que reflejen la luz) en el espacio de trabajo. Se recomienda el uso de instrumentos de carbono, o no reflectivos. Además, cuando se esté trabajando con una máquina de depilación láser se deberá marcar el espacio de exposición como zona peligrosa para quienes no lleven el equipamiento adecuado. Asimismo, es obligatorio que dichas máquinas estén marcadas con CE. Toda persona que trabaje con una máquina de depilación definitiva (ya sea láser o fotodepilación) deberá haber pasado por un curso de formación concreto además de consultar todas las medidas de precaución que vienen especificadas en la máquina. Las revisiones periódicas de la máquina también serán necesarias, siguiendo siempre las instrucciones del fabricante.
En cuanto a EPI´s, la protección ocular (gafas de protección láser) también será necesaria, además de bata y pantalones holgados, calzado ergonómico, guantes de protección e incluso, en algunas publicaciones se recomienda mascarilla.
Más allá del láser
La ergonomía y las condiciones ambientales también son un factor muy importante para todas las personas que trabajen en una clínica de estética. Se requerirá una silla de altura regulable para que el trabajador tenga la suficiente movilidad, así como una iluminación adecuada. La temperatura ambiente deberá estar entre los 17 y 24 grados. En cuanto a posturas, se deberá evitar trabajar con el cuello girado o inclinado y mantener la espalda recta. Por supuesto, no se podrá trabajar más de 8 horas al día en esta posición ni aguantarla más de una hora seguida. En caso contrario podríamos sufrir trastornos músculo – esqueléticos, sobrecarga en el cuello o fatiga visual.
Para evitar riesgos biológicos como contagios de enfermedades cutáneas como hongos o herpes, se deberán desinfectar todos los objetos que hayan estado en contacto con el cliente. En la medida de lo posible (y siempre que sean objetos punzantes), emplearemos instrumental de un solo uso.
Tampoco olvidemos que estaremos utilizando muchas horas una máquina eléctrica, con lo que deberemos revisar y mantener la instalación eléctrica del centro de trabajo para evitar cortocircuitos.
De la misma forma que la depilación definitiva, el trabajo en los centros de belleza (pedicuras, manicuras, limpiezas de cutis, micropigmentación…) acostumbra a entrañar más riesgos de los que podemos pensar en un primer momento. Para más ejemplos de éstos y, en concreto de los riesgos de trabajar con láser y con IPL (luz pulsada intensa utilizada en fotodepilación), podéis encontrar más información en los siguientes enlaces.
Radiaciones no ionizantes en el ámbito sanitario: Uso del láser
Espacio de Esther: EL TRABAJO DE PELUQUERÍA Y ESTÉTICA TAMBIÉN TIENE SUS RIESGOS
INSHT: Láseres: riesgos en su utilización
La verdad sobre IPL
