Cuando no tiene que pasar, pero pasa
Cuando fueron a rescatar al montañista corrían riesgos, claro que sí. Pero seguramente si nos ponemos a vaticinar accidentes, la caída de un helicóptero de la Guardia Civil cordillera abajo no sería nuestra apuesta principal. Y no creo que la suya tampoco.
Como ya digo, la vida se la juegan ellos cada día, y lo saben. Lo que me pone la piel de gallina es cuando “no tenía que pasar”.
Por ejemplo, cuando coges la moto, te la juegas, y lo sabes, pero por ahora has vuelto sano y salvo cada día. Vas a escalar, y como este excursionista, te la juegas, pero solo acabas con el tobillo roto. Pero ellos fueron a trabajar y les tocaba un rescate, algo que llevaban haciendo durante años (tanto los pilotos como los del Greim -Grupo de Rescate e Intervención en Montaña-) y que para ellos no tiene más secreto. Requiere concentración y protocolo pero no tiene que pasar nada. Y pasa.
Aunque se estima que la mayoría de accidentes laborales son evitables, la estadística no es una ciencia exacta. En este caso, parece que fueron las traicioneras condiciones meteorológicas las que provocaron una desgracia que nadie esperaba.
Algunos compañeros de las víctimas del accidente. Fuente: el País
Algunos detalles del accidente
Tres de los cuatro guardias civiles que viajaban en el aparato murieron al estrellarse e incendiarse el helicóptero con el que habían acudido a auxiliar a un montañero herido. Una de las hélices del aparato golpeó contra las paredes de la peña cuando estaban a punto de enganchar la camilla con el deportista accidentado, que había sufrido una fractura de tobillo mientras participaba en una carrera de orientación y aventura de dos días por los Picos de Europa. Fueron los dos miembros del Greim los que saltaron del helicóptero con la camilla, para acomodar al herido antes de evacuarlo. Sin embargo, al regresar al helicóptero para la evacuación, sólo uno de ellos había bajado del aparato, antes de que una de las aspas del helicóptero tocara la pared de la montaña. Fue este cuarto agente quien dio aviso del incidente a los servicios de emergencias y confirmó el fallecimiento de sus tres compañeros. Este guardia civil ha participado además en las labores de recuperación de los cadáveres en la zona del suceso. Fuentes del Cuerpo han explicado a El Confidencial la zona donde se efectuaba el rescate estaba despejada. El siniestro se produjo en el momento más crítico del rescate, cuando el aparato se encontraba en paralelo a la pared de roca para introducir la camilla, por lo que no se descarta que una racha de viento provocara la tragedia.
Desde aquí solo nos queda lamentar profundamente el accidente y seguir construyendo cultura preventiva día a día.